Clicker Dog School
Educación en positivo
Ruedas de espigas, circulos o molinetes
Las ruedas de espigas “Wheel Pin” es una secuencia habitual en los circuitos de agility. En general se compone de saltos 3-4 dispuestos de modo trayectoria del perro es más o menos circular. Algunos ejemplos clásicos los mostramos a continuación.
Cuando las distancias de saltos son muy abiertas no suelen considerarse como ruedas de espigas, si no en trayectorias curvas.
El tratamiento más común para un molinete es conseguir » es que el guía permanezca en su interior, manteniendo extendido el brazo próximo al perro.
Es importante dar al perro las señales corporales y verbales para que ejecute la secuencia de modo correcto, al principio será necesario acompañarle en cada salto y posteriormente a medida que el perro mecanice la secuencia podremos ir disminuyendo las señales y aumentando la distancia, abriendo los saltos, aumentando la distancia entre ellos.
A medida que se acentué el aprendizaje, con la practica el recorrido del guía se ira convirtiendo en un triángulo o en un cuadrado más o menos amplio.
En función de cómo continúe el recorrido después de esta secuencia de rueda de espiga o circulo, en lugar de permanecer en el interior el guía podrá gestionar el recorrido de diferentes formas ya sea arrastrando al perro frente al salto, (FrontCross) o bien realizando un cambio ciego (BlindCross) para anticiparse en la trayectoria del perro y facilitar con ello la gestión del recorrido. La posición FX muestra la posición donde el guía debe ejecutar el cambio.
También puede permanecer fuera de los saltos y realizar el primer salto delantero permaneciendo en el lado del aterrizaje del salto final (véanse los diagramas siguientes). Este último método requiere que se haya trabajado una cierta distancia de trabajo con el perro y que entienda el significado de mantener el brazo extendido perpendicular para apoyar su línea a través de los saltos. La diferencia entre ambos es obvia, el recorrido del guía es muy diferente en un caso que en el otro.
Para empezar a trabajar los círculos primero deberemos haber iniciado al perro en los giros de 90º de esta manera solo con añadir un salto a continuación el perro asimilara la secuencia de 120º.
Si empieza por la gestionar al perro «en el bolsillo» es decir permaneciendo en el interior del círculo, el perro aprenderá rápidamente el patrón. Una vez que tienes éxito puedes agregar el último salto. Con el tiempo puedes pasar a trabajar fuera del círculo. Si el perro tiene una pequeña experiencia básica se puede conseguir que asimile todo esto en una sola sesión. Normalmente se tienen trabajar estos ejercicios en ambos sentidos. En la formación del perro no se puede olvidar ir variando el diámetro del círculo entre saltos, los ataques y las salidas, y las orientaciones de los mismos.
Con la práctica, las opciones de cómo gestionar este ejercicio se resumirá en estudiar cual es el recorrido más corto para el perro y por tanto cual es la opción de conducción más óptima.
PROBLEMAS DE SALTOS
Anteriormente hemos descrito los diferentes tipos de saltos, ahora conviene recapacitar sobre los problemas que pueden aparecer para saber cómo hacerles frente.
Si observamos que el perro de repente empieza derribar palos deberemos asegurarnos de que no se debe a ningún problema físico, si descartamos este problema valoraremos el peso del animal, y si fuera necesario por que detectamos un problema de sobrepeso pasaríamos inmediatamente a administrar una dieta de acorde a sus necesidades. Este problema es muy común en perros de compañía que hacen una vida sedentaria, a veces el agility no es suficiente para mantenerlos en forma. En general los fabricantes de pienso tienden a marcar unos parámetros de consumo muy altos, no olvidemos que su negocio depende de ello.
En estos casos aplicaremos el sentido común y reduciremos un poco la dieta y observaremos durante un tiempo a ver qué pasa. Hemos de tener en cuenta que un perro saciado no trabajara con el mismo entusiasmo que uno que lleve una dieta mucho más equilibrada.
Hay quien sostiene que una vez a la semana al perro se le debe dar una ración de arroz hervido para ayudarle a mantener e incrementar la masa muscular.
Nos podemos encontrar perros que hacen la paradilla antes de saltar, esto se debe igual que comentábamos en el muro a la precipitación a la hora de subir las alturas de los saltos, porque al hacerse muy rápido hemos provocado inseguridad en el perro.
Hay ejemplares que hacen la paradilla antes de saltar la valla porque tienen problemas de visión, si detectamos que nuestro perro lo hace deberíamos acudir al veterinario para someterlo a una revisión de los ojos.
Es recomendable subir los palos muy poco a poco y de forma progresiva, e ir variando de vez en cuando alguna altura para que el perro aprenda a calcular el la zancada y el modo de afrontar el salto.
Cuando el perro derriba los saltos con sus extremidades delanteras se denomina como en la hípica derribo de manos, si el problema es muy frecuente deberemos bajar la altura de los saltos durante un tiempo hasta que el perro aprenda a calcular el salto, una vez hayamos conseguido que no se produzcan derribos podremos ir elevando la altura muy poco a poco, de lo contrario corremos el riesgo de que el problema se prolongue y persista durante toda la vida deportiva del animal.
El salto de longitud también es muy recomendable utilizarlo con mucha frecuencia e irlo abriendo para que el perro aprenda a estirarse y ampliar su zancada.
Otro problema frecuente es que hay perros estándar que por muy pocos centímetros tienen que saltar en una categoría que les representa un gran esfuerzo. Estos perros tienen más dificultades y puede darse el caso que derriben barras, es muy importante que el guía ayude proyectándose un poco más para empujar más claramente al perro. En ocasiones al quedarse el guía excesivamente atrás induce al perro a que derribe algún palo, en general este problema se puede solucionar solo dando un paso más y como decíamos anteriormente pronunciándose más claramente.
Los problemas en los saltos suelen ser muy frecuentes, los más habituales son los siguientes:
EL PERRO SALTA DESDE MUY CERCA.
EL PERRO SALTA DESDE MUY LEJOS.
AL PERRO LE FALTA FUERZA EN EL SALTO.
EL PERRO NO RECOGE BIEN SUS CUARTOS TRASEROS.
COLOCACIÓN DEL GUÍA.
CARACTERÍSTICAS DEL TERRENO Y OBSTÁCULOS.
EL PERRO SALTA DESDE MUY CERCA
Este problema se debe a un mal aprendizaje del salto. Por tanto, debemos empezar desde el principio, por duro que esto parezca, bajar los saltos hasta una altura optima y espaciarlos de modo que le resulte más cómodo a la hora de abordarlos. Debemos analizar el punto donde el perro inicia el salto incluso medirlo con una cinta métrica para ir observando el progreso y comprobar los avances.
Existe un método alternativo igual que se utiliza en los perros que saltan en exceso en la subida de la pasarela que consiste en colocar un palo en el suelo que sea el punto donde el perro debería iniciar el salto, deberemos ir alejando el palo hasta la distancia óptima para que el perro vaya mecanizando el punto de inicio y la forma de atacar el salto, forzando lo que podríamos denominar la memoria muscular.
Con el tiempo una vez vayamos viendo que el perro va corrigiendo este fallo podremos ir retirando el palo.
También es muy importante que en todas las sesiones de entrenamiento coloquemos el salto de longitud para que perro aprenda a estirar el salto.
EL PERRO SALTA DESDE MUY LEJOS
Es este problema otro de los más comunes en un perro de agility. Generalmente se debe al propio entusiasmo que tiene el perro en la pista que le hace saltar entregándose con cuerpo y alma. Fruto a veces de las ganas que tiene el perro por ejecutar el aparato y de la motivación.
En otras ocasiones es consecuencia de sus propias condiciones físicas. El problema aparece muchas veces cuando el perro acomete algún giro donde lo deseable es que el perro se ajuste en el salto y recorte en su trayectoria. Cuanto más corto sea su recorrido mejor tiempo realizara.
Hay perros que aparentemente son más lentos que otros y en cambio cuando vemos el tiempo que invierten en realizar el circuito nos sorprende, esto se debe a que recortan más que otros perros, ciñéndose en los saltos, sobre todo en las mangas de agility se nota mucho más.
En este caso se impone hacer un tipo de ejercicios encaminados a que el perro ajuste mucho mejor el salto y que el guía adquiera una mejor colocación para marcar mejor los tiempos.
Cuanto más corto convirtamos el recorrido mejor tiempo realizara el perro, el agility es una lucha contrarreloj y la velocidad de ejecución es determinante.
Es importante en estos casos variar continuamente los saltos para que el perro se adapte a abordarlos con independencia de la distancia que haya entre ellos. Colocar combinaciones de saltos que como sabemos las distancias son más cortas que en saltos normales nos ayudara en este sentido.
Un ejercicio interesante consiste en preparar una recta donde cada salto este a una distancia diferente del siguiente, si vemos que al principio no funciona deberemos observar cual es el palo que derriba con más frecuencia y bajar la altura para ayudarle y después irlo incrementando de nuevo progresivamente, en estos casos a menudo no sirve de nada hacer al perro que repita el salto.
Linda Mecklenburg, extraordinaria agilitysta instructora de gran prestigio en EE.UU. define este problema como síndrome de despegue temprano, la distancia de despegue se incrementa, pero la distancia de aterrizaje disminuye.
Si observamos este problema conviene descartar posibles problemas oftalmológicos, es necesario que el veterinario practique a nuestro perro una retinoscopia. Si se confirmara este diagnóstico lo más probable es que este problema con el tiempo aumente y nos obligue al reaprendizaje. Requerirá una formación continua para recordarle a recoger sus cuartos traseros y de tanto en tanto repetir ejercicios que ayuden al perro a calcular loa zancada.
EL PERRO SALTA CON POCA FUERZA
Este problema en ocasiones se debe a la falta de motivación o por haber acelerado con exceso el proceso de aprendizaje.
En este caso se impone de nuevo bajar los saltos, iniciar el re-aprendizaje utilizando un programa de refuerzo variable para hacer que el perro entienda cuales son las ejecuciones que más nos interesan.
Es importante no mostrar síntomas de desmoralización e incrementar al máximo la motivación. Durante un tiempo deberemos estudiar el tipo de ejercicios que estamos planteando y intentar trabajar otros más sencillos, más fluidos y más abiertos para intentar que el perro progrese y aumente en su seguridad.
Complicar los ejercicios aumentando dificultad con mucha rapidez, no suele ser en absoluto la forma de solucionar el problema si no todo lo contrario, acaban por ralentizar más al perro.
También se da el caso de perros que para abordar el salto justo en el momento que se supone debería iniciarse el despegue el perro realiza dos pasos para finalmente acabar abordando el salto, si esto ocurre en un principio deberemos hacer una revisión veterinaria para descartar problemas físicos, muchas veces este problema se debe a que se ha forzado los tiempos en el aprendizaje y el perro no ha aprendido correctamente la mecánica del salto.
EL PERRO NO RECOGE BIEN SUS CUARTOS TRASEROS
Es un problema muy habitual generalmente se debe a que en los primeros pasos cuando se estaba introduciendo al perro en la mecánica del salto o lo que es igual cuando se le enseñaba a saltar, probablemente se ha ido muy deprisa y el perro a mecanizado mal cuando tiene que recoger y estirar sus cuartos traseros, este problema es muy frecuente en España, porque por nuestro carácter queremos cubrir las etapas de aprendizaje muy rápidamente y la falta de paciencia conlleva una mala mecanización del aparato. En otras ocasiones también se puede deber a que el perro no ha realizado en la etapa de cachorro y en su adolescencia ejercicios de la propiocepción los cuales van destinados precisamente a que el perro tome conciencia de sus cuartos traseros y resulta ser un elemento clave para evitar este problema.
Debemos observar detenidamente como el perro ejecuta el salto debería recoger sus cuartos traseros para coger impulso y una vez este en la perpendicular de la barra del salto estirarlo completamente, esta debería ser la forma deseable para abordarlos. Lo correcto es como lo realizan los caballos, esto nos puede servir para tener una referencia.
La consecuencia de que el perro no recoja y estire correctamente las patas nos traerá casi seguro poca fiabilidad en los saltos, y el derribo de palos. Es conveniente en estos casos entrenar siempre utilizando el salto de longitud de esta forma el perro aprenderá a impulsarse y estirar sus patas.
COLOCACIÓN DEL GUÍA
El principal problema al que se enfrenta cualquier equipo novel es el de compenetración, es muy frecuente que dado esa falta de experiencia propia de este momento sumado a nuestras dudas hagan que nuestra colocación sobre la pista mientras guiamos al perro no sea del todo correcta, esto es normal es un equipo que todavía se está haciendo, es habitual en esta situación que esta falta de precisión en nuestra colocación en muchos casos provoque que el perro derribe palos o cometa otro tipo de faltas. El quedarse muy atrás o el adelantarse en exceso pueden convertirse en causas de derribos de barras.
También en ocasiones los perros que van en exceso pendientes del guía suelen derribar palos, por lo que es conveniente trabajar una distancia cómoda y dotar al perro de la máxima autonomía para gestionar los saltos. Si somos capaces de corregir esto observaremos como el problema desaparece, de lo contrario incluso en perros con mucho empuje veremos como el resultado es que derribe muchos palos.
Es importante llegado este momento que observemos el problema que algún compañero nos filme en video para posteriormente ir corrigiendo estos errores.
Y sobre todo lo más importante es no culpar al perro, primero porque seguro que no será el culpable y segundo porque podemos quebrar su confianza.
Si dudados, debemos pensar ¿el perro es el culpable? No ¿y quien entrena a nuestro perro? Nosotros.