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Educación en positivo

La Etología canina y el adiestramiento

Técnicas basadas en etología canina

La etología canina es la ciencia que estudia la conducta natural típica de una especie. En este sentido, estudia conductas instintivas y conductas que, no siendo instintivas, son características de dicha especie.

Por tanto, las técnicas de adiestramiento canino que se basan en la etología, son aquellas que consideran las conductas naturales de los perros.

Estas técnicas normalmente ignoran los principios establecidos por las teorías del aprendizaje, y algunos de ellos se basan en la premisa fundamental de que los dueños tienen que convertirse en los líderes de la jauría para poder controlar a sus perros. Esto se conoce popularmente como el paradigma o la teoría del perro alfa, también hay que decir que hoy día muchos de los etólogos son detractores de esta teoría.

El paradigma del perro alfa indica que los perros establecen jerarquías de dominancia dentro de sus manadas. Entonces, para poder mantener una relación armoniosa con tu perro, él tiene que reconocerte como el líder de la manada: El perro alfa.

Aunque no queda claro cuándo apareció por primera vez el paradigma del perro alfa, es bien sabido que empezó a ganar adeptos en la década de los 80. Dos de sus promotores más famosos son Jan Fennell y César Millán. Este último ha conseguido mucha popularidad a través de su reciente programa «The Dog Whisperer» difundido por la National Geographic. Actualmente también en un canal de TV española, bajo el titulo del Encantador de perros.

Según algunos autores, las ideas propuestas por estas técnicas están basadas en estudios de manadas de lobos en libertad. Según otros, estas técnicas son el resultado del estudio de las conductas sociales de los perros en la naturaleza.

Lamentablemente, las técnicas basadas en la etología canina son muy diversas y no existe un estándar determinado. Además, muchas de ellas son imposibles de explicar con precisión ya que al parecer, están basadas sólo en creencias populares, que no han resultado ser científicamente probadas.

Es importante tener en cuenta que estas técnicas, por sí solas, no permiten enseñar ejercicios de obediencia o trucos. Por eso, la mayoría de los adiestradores no aceptan que estas sean técnicas de adiestramiento, sino solo complementos de utilidad. Incluso es frecuente que ellos mismos utilizan estas técnicas no se consideren adiestradores, sino personas que pueden comunicarse con los perros a través de un profundo conocimiento de las conductas sociales del perro, manejo y un lenguaje corporal adecuado.

en perros carroñeros mucho antes de asociarse con nuestra especie. Por tanto, los seres humanos habríamos domesticado a un animal que ya no era lobo, sino canido.

Los defensores de estas técnicas, afirman que permiten una comunicación natural con los perros.

Algunos también proponen un enfoque no violento, pero el uso o no de procedimientos violentos depende de la línea que siga el adiestrador.

Los detractores de estas técnicas argumentan que se basan solamente en creencias populares y que no tienen fundamentos sólidos. También ponen en duda el paradigma del perro alfa y cuestionan la necesidad de un modelo basado en jerarquías de dominancia.

Los biólogos Raymond y Lorna Coppinger son unos de los que han llevado a cabo estudios científicos extensos y minuciosos sobre el tema, y sus conclusiones rechazan la idea del perro alfa. De hecho, estos autores afirman que las conductas sociales de lobos y perros son tan diferentes que no tiene sentido compararlas.

Perros. Una nueva interpretación sobre su origen, comportamiento y evolución, de Raymond Coppinger y Lorna Coppinger. Publicado por Ateles Editores S.L. y Kns Ediciones.

El tema central del libro es la evolución del lobo al perro. Los Coppinger creen que los lobos no fueron domesticados por los humanos, sino que evolucionaron.

Esta propuesta de los Coppinger desecha la idea de que los perros evolucionaron después de que algunos lobos fueran domesticados por humanos. Esto por supuesto, también elimina muchas de las ideas predominantes en el adiestramiento de perros, como la idea del perro alfa (aunque éste no es un libro sobre adiestramiento).

Quizás en un futuro la etología pueda proporcionar bases científicas más sólidas que ayuden a desarrollar las técnicas de adiestramiento canino. Por el momento, y aun cuando existen casos “exitosos” como los de César Millán y Jan Fennell, las técnicas basadas en etología canina no proporcionan conclusiones claras y precisas para el adiestramiento canino. Mientras en estas técnicas se parte de la base que el propietario tiene que ser el jefe de la manada, los que por el contrario creemos en las teorías del aprendizaje y el adiestramiento en positivo abogamos por convertirnos no encantadores de perros, si no en sus amigos o en su defecto el padre de familia.

No obstante, para problemas y corrección de conductas conviene ponerse siempre en manos de un equipo de profesionales etólogos y especialistas en estas materias, puesto que son temas delicados que no pueden ser tratados por aficionados.

Existen muchas formas de eliminar conductas inadecuadas de tu perro, las más conocidas son las siguientes, pero hay que insistir que siempre se tienen que tratar estos temas bajo supervisión facultativa.

Modificar el ambiente (externo e interno)

Castigo positivo (no utilices este método)

Extinción de conductas

Desensibilización

Contra-condicionamiento

Perfeccionar la conducta inadecuada

Modificar el ambiente externo consiste en hacer cambios constantes y permanentes en el lugar en que se dan las conductas inadecuadas.

Modificar el ambiente interno consiste en solucionar algún problema de salud o bien cambiarle la dieta del perro.

El castigo positivo consiste en añadir una situación desagradable cuando el perro está realizando una conducta inadecuada. Este método tiene efectos colaterales, por lo que no deberemos utilizarlo. No obstante, los citamos por que conviene conocerlo y saber que se están aplicando.

El castigo negativo consiste en quitarle al perro algo que le gusta, en el mismo momento en que se produce la conducta o el comportamiento no deseado o inadecuado.

La extinción consiste en dejar de reforzar la conducta inadecuada hasta que desaparezca. Generalmente consiste en ignorarla. Es muy útil en muchos casos y perfectamente inútil en otros, es también un método muy utilizado por los educadores en positivo.

La desensibilización consiste en acostumbrar al perro gradualmente a las situaciones que desencadenan la conducta indeseada. De esta forma el perro deja de sentir ansiedad o miedo en esas situaciones y la conducta tiende a desaparecer, estas técnicas también se conocen por el nombre de «ensombrecer la conducta inadecuada».

Como citábamos anteriormente son muy útiles para combatir problemas de miedos y de inseguridad, consiste en generar situaciones agradables para hacer desaparecer los comportamientos inadecuados, aumentando gradualmente la seguridad y autoconfianza del perro.

El contra-condicionamiento es uno de los métodos más útiles para modificar conductas. Son las técnicas preferidas por todos los adiestradores. Consiste en enseñar al perro a que realicé una cosa que no pueda hacer al mismo tiempo que la conducta inadecuada. Ordenándole que haga la nueva conducta en todas las situaciones que antes disparaban la mala conducta. Con el tiempo el perro deja de realizar la conducta inadecuada. Hace unos años conocí un perro enormemente pendenciero con otros machos que a través del entrenamiento se consiguió que cada vez que se le acercara de frente otro macho el perro se estiraba en el suelo para que su dueño lo atara de la correa.

Perfeccionar la conducta inadecuada consiste en entrenar la conducta indeseada para que tu perro realice cuando se las órdenes. Una vez está perfectamente entrenada. Siempre que se hallan cubierto todas las etapas de entrenamiento, no tiende a repetirse si no se le da la orden. Por ejemplo, ladrar a la orden, se trata de enseñarle a ladrar para que solo lo haga cuando reciba la orden de hacerlo.

Todas estas técnicas, mencionadas anteriormente, son difíciles de trabajar y requieren mucha paciencia y perseverancia. Es recomendable dejarse asesorar por un etólogo, quien una vez diagnosticado el problema, nos explique cómo aplicarlo y que posteriormente nos haga el correspondiente seguimiento.